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Los barrios de placer

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Paquetes de viaje a Japón

Se tienen los primeros registros de las geishas como se conocen hoy en día desde el año 1700, por lo que se podría decir que se trata de un hecho “reciente” comparado con la historia de Japón en este tema. Con esto no quiero decir que el tipo de prácticas que realizan estas mujeres, no se hacía desde tiempos anteriores.

A finales del siglo VII existían las saburuko y en el siglo XII se encontraban las shirabyashi. A continuación, te explicaré un poco más sobre ellas y sepas un poco sobre su historia cuando tengas tu paquete de viaje a Japón:

Saburuko

Podría traducirse como “las que sirven”, eran generalmente mujeres sin hogar estable, que subsistían a base de vender favores sexuales. Por lo general eran de clase extremadamente baja, aunque algunas contaban con talento y buena educación, y solían asistir con cierta frecuencia a reuniones de las clases altas para amenizar las veladas con sus bailes y con sus canciones.

Shirabyōshi

Cuyo nombre proviene del baile que realizaban, surgieron en un momento de grandes cambios sociales, el periodo Heian, en el que muchas familias nobles tuvieron problemas económicos y la única manera de subsistir que tenían las hijas de estas familias era convertirse en shirabyōshi.

Al ser de buena familia, tenían una educación exquisita y pronto comenzaron a ser muy valoradas por sus dotes para la poesía y el baile. Las canciones y bailes de estas mujeres solían tener, además, una importante carga erótica.

Así pues, por ahí del año 1586, el emperador de Japón Hideyoshi Toyotomi  concedió una licencia a  un súbtido para organizar el tema de los burdeles. Se empieza a construir entonces un pequeño barrio cercado por vallas en la zona de Nijō Yanagimachi, en Kioto, al estilo estilo de los barrios de placer de la dinastía Ming en China.

El portal Japonisimo.com señala que en 1641 este primer barrio de placer de Kioto se trasladó al sur de la ciudad ya que se encontraba demasiado cerca del Palacio Imperial, y es que pese a la actitud más permisiva de los japoneses frente al sexo, una cosa es ser abiertos de mente y otra muy diferente mezclar la corte con las bajas pasiones.

Fue entonces cuando se le empezó a conocer como el “Shimabara de Kioto” (llamado así porque su única puerta de entrada al parecer se asemejaba a la fortaleza de Shimabara, en la isla de Kyūshu).

El éxito de Shimabara hizo que se empezaran a crear otros barrios de placer por todo el país, ya que los avispados japoneses de la época se dieron cuenta de que ahí había negocio. De todos los que se crearon, uno de los más famosos y activos fue Yoshiwara, que se encontraba en Edo, nombre que tenía por aquel entonces la ciudad que hoy conocemos como Tokio.

La historia de una geisha

Cuando adquieras tu viaje a Japón todo incluido, descubrirás que entrar en el mundo de las geishas es un ritual que se practica de por vida hasta el momento en el que ella fallezca o se retire del oficio. Así lo cuenta Mineko Iwasaki, la mejor geiko o geisha japonesa, quien además, fue la protagonista anónima del best seller titulado “Memorias de una Geisha” publicado en 1997.

La historia de esta mujer comienza cuando sale de su casa para estudiar danza tradicional japonesa en Iwasaki en Kioto cuando sólo contaba con años de edad. Fue adoptada por una familia que la eligió como heredera de la casa para cuando su madre adoptiva fuera demasiado mayor para seguirse ocupando del negocio familiar.

Mineko a los años se convirtió en maiko, que significa aprendiz de geisha, a los 21 años se creó una reputación como la mejor bailarina y maiko de Japón y pasó a ser oficialmente geisha en ese tiempo. En ese proceso, trabajó hasta el límite al punto de que contrajo una enfermedad del riñón que casi termina con su vida, afortunadamente de recuperó y regresó a su vida en la comunidad de las geiko.

A lo largo de su vida, logró entretener a diversos dignatarios extranjeros, así como celebridades como la Reina Isabel II, el príncipe Carlos de Inglaterra, por ejemplo. Su fama y éxito le crearon grandes admiradores, así también se ganó rumores y celos, así como agresiones y fama mal intencionada.

Mineko se retiró inesperadamente cuando se encontraba en la cima de su carrera, se suele decir que terminó frustrada con las obligaciones del tradicional mundo de las geiko, también tenía el deseo de crear su propia familia. Cumpliendo con su anhelo familiar, se casó con un artista llamado Jinichiro Sato y tuvo una hija llamada Koko y ahora vive en un barrio de Kioto.

El problema con Arthur Golden y “Memorias de una Geisha

Iwasaki se sintió traicionada por el uso por parte de Golden de una información que ella consideraba confidencial, así como por la manera en que él dio la vuelta a la realidad, y denunció que Memorias… era una inexacta deformación de la vida de una geiko. Iwasaki se sintió particularmente ofendida por el retrato que se daba en la novela de una geisha que entretiene ejerciendo una especie de prostitución ritualizada.

Por ejemplo, en la novela la virginidad (llamada «mizuage» en la obra) de Sayuri, el personaje principal, es subastada al mejor postor. Iwasaki declaró que no sólo esto no le pasó a ella, sino que no existía ninguna clientela de esta clase en Gion. Parte del malestar de Iwasaki con Memorias… puede haber sido causado también porque el personaje de Sayuri parece obviamente hecho a imagen y semejanza de Iwasaki.